Esta unidad fue una de las primeras que desmintió el Observatorio Venezolano de Fake News, relativo al caso de Las Tejerías. Varios portales digitales habían difundido la tesis de que se trataba de dos personas rescatadas del deslave, también, incluso, algunas fuentes oficiales de la región así lo difundieron. Pero la información no era fidedigna.
En medio de la tragedia, tal versión habría calado bien en los esfuerzos éticos de hacer valer historias y narrativas de heroísmo o de efectividad de los organismos de rescate. Pero, como lo indica el desmentido del OVFN, la versión era falsa. Se trataba de ciudadanos voluntarios, que, afectados por picaduras de avispas, habían buscado alivio al aplicarse lodo.
El encajar medias verdades, fábulas, a las tragedias, intenta apaciguar la búsqueda de lo real, con el deseo de dar forma al miedo, al dolor. La naturaleza humana tiende a buscar consuelo a la impotencia, a la carencia de sentido y propósito, con historias que complazcan la creación de satisfacción por el logro en medio de la tragedia. Pero falsear la realidad es una distorsión que no conduce al reconocimiento de las víctimas, ni a una tarea real para apoyarlas. La historia de recuperación, de mérito en el rescate, debe ser construida con veracidad, no a complacencia de ningún cariz que forje recuperación en irrespeto de lo real.
También, producto de la necesidad de fabular y satisfacer carencias de esas mismas historias, o recrear el anhelo de empatizar con el dolor de los afectados reales, las descontextualizaciones jugaron a distraer. Así pasó con imágenes de un hombre que sorteaba una inundación con una cesta en la cual se encontraba un bebé.
¿Qué puede resultar más conmovedor, que ver a un responsable, cargar en medio de la tragedia, a un niño? Nada nos hubiera agraciado más la historia que poder contar con una narrativa así, para un país que afronta severos abandonos y una tragedia que dilapidó sueños de infantes y familias enteras. Pero no, esta viralización responde a una descontextualización. Aquella imagen ni siquiera corresponde a Venezuela. Se trataba de una fotografía tomada en Filipinas en 2020, y cuya manipulación se hace cíclica en contextos de huracanes y desastres naturales, como el venezolano.
¿Por qué se viraliza? Primero, porque hay intereses en distraer la opinión pública sobre el caso y hay mentes que ponen a circular bulos e historias para confundir, aminorar presión, manipular. Segundo, y muy importante factor, porque el deseo de que fuera cierto invade a las personas, en medio de impotencia, dolor e incertidumbre informativa. ¿En algo ayudaría esta unidad a las personas afectadas por la real tragedia? En nada, solo a mitigar el deseo del lector o del espectador,
que quiere así construirse una burbuja conmovedora que le haga sentir esperanza. Pero tal falsedad, inhibe el real esfuerzo por encontrar soluciones concretas al problema real.
Otros manipuladores de oficio ponen a circular supuestas condiciones de desastres, cambiando la localización de imágenes, como esta que fue atribuida al caso de Las Tejerías, y correspondía a una situación ocurrida en Chile en 2015.
El viralizar falsedades en medio de una tragedia, es propio de intereses malsanos en la conformación de opinión pública. Manipular con el temor, haciendo circular consecuencias brutales sobre el caso, que corresponden a otras realidades e instancias temporales, intenta maximizar la dimensión de la tragedia, prestándose para tergiversaciones y capital político.
Como ciudadanos, si nos encontramos en el lugar de los hechos, recordemos la importancia de indicar fecha y lugar de la grabación. En tiempos de desastre, esto ayuda a evitar, hasta cierto punto, la descontextualización del contenido, aunque nada puede evitar que alguna imagen o video sea editada para manipular. En caso de desastre, en medio de panoramas restringidos, apele a buscar información curada por periodistas que gocen de credibilidad e independencia de criterio.
Tome en cuenta que el productor de alguna de esas historias, creadas y maquilladas para conmover o incidir en sus emociones, busca en usted un replicador de falsedades, que poco ayuda a consolidar verdaderas respuestas ante tragedias como la ocurrida en Las Tejerías.
Desde el Observatorio Venezolano de Fake News exhortamos a revisar información desde emprendimientos periodísticos con independencia de criterios.