Primero el criterio, luego las herramientas

Hay tres razones, que queremos destacar, por las que podemos creernos las fake news o las estrategias de desinformación. 

  1. Con frecuencia imitan la estructura de la información periodística.
  2. Nos confirma lo que creemos. Es lo que se llama sesgo de confirmación.
  3. Nos lo cuenta, confirma o comparte alguien en quien creemos o confiamos en su criterio. 

Imitan la estructura periodística de manera superficial, al igual que en el periodismo pueden tener un título, un sumario (un resumen del contenido) y el resto del texto. Y es aquí donde empiezan las diferencias. El periodismo de calidad suele responder a 6 preguntas: qué, quién dónde, cuándo, por qué y cómo. No todos los textos que te encuentres responderán a todas pero sí a la mayoría. Otra característica del buen periodismo es que busca aportar datos. Cada línea un dato, es una aspiración periodística. En cambio usualmente la desinformación y la propaganda buscan movilizarte desde la emoción. Por eso, ese tipo de textos abusa de adjetivos y quiere en primer lugar que reacciones. No busca que pienses, sino que actúes o reacciones. 

¿Por qué se busca imitar la estructura periodística? Porque es un formato de información que tiene credibilidad (aunque los medios estén en sus momentos más bajos) y que en breves líneas nos explica cosas. También por eso es posible ver que se reproducen las estructuras de los comunicados institucionales.

Pocas cosas deben producir mayor placer que decirle a otro ¡viste, yo tenía razón! Y, claro, si nos tropezamos con desinformación que confirma nuestras creencias cuesta no compartirlo. Porque además de darnos la razón en un mundo de mensajería instantánea y redes sociales, nos hace sentir parte de algo más grande.

Todos tenemos cerca personas en las que confiamos por su criterio. Pero claro esas personas también tienen su corazoncito, sus sesgos, sus creencias. Y si alguien en quien confiamos nos comparte algo, debe ser verdad, porque él sabe de eso. Y nosotros sin pensarlo mucho lo compartimos. Y al hacerlo multiplicamos su alcance, lo hacemos llegar más lejos. 

Revisar la estructura periodística es muy útil, con frecuencia en una nota periodística hay quien dice algo. Debemos parar y preguntarnos ¿Quién es? ¿Sabe de eso? ¿Desde dónde lo dice? Y también cuándo lo dijo. No es extraño ver informaciones que cuentan algo que se dijo y que de verdad ocurrió sacadas de su contexto por lo que también pueden ser una forma de desinformar y de buscar una reacción. 

La lista de sesgos que nos impulsan a creer en la desinformación puede ser larga, como alguna vez contamos acá en éste boletín del OVFN. Los sesgos cognitivos, nos ayudan a sobrevivir, a tomar decisiones rápidas pero también nos pueden conducir a cometer errores de interpretación.

Está ampliamente demostrado que las personas toman más sus decisiones a partir de emociones y de valores intrínsecos profundos, que no controlan demasiado. Por eso en el mundo moderno todo el mundo (el mercadeo político o comercial, la propaganda) apela a las emociones, lo cual en el fondo es un problema para la democracia y para el debate en la opinión pública. Pocos apelan a la razón y los argumentos, porque conectar con las emociones y a los valores es más útil para traer ovejas al redil y permite conquistar corazones y mentes que apoyan, movilizan o consumen. En la era de la información (y desinformación) las batallas culturales también se luchan en la mente de todas las personas. 

Otra característica del periodismo profesional es que usualmente trata de incluir distintas versiones, ángulos, expertos con diferentes opiniones. Esto puede ser en una misma nota o en distintas según la cobertura que se le hace a un tema. Esto no quita que cada medio pueda tener una serie de posiciones sobre distintos temas, lo que se llama la posición editorial del medio que generalmente sus lectores suponen o conocen bien. Y es una de las razones por lo cuál lo leen o siguen. Pero también los medios por respeto a su audiencia cuentan o explican otras versiones. 

Ante una información sin características profesionales, sospecha. Si apela a nuestra emoción, sospecha. Si es tan bueno que confirma todas nuestras creencias, sospecha. Haz una búsqueda rápida sobre el medio, las fuentes que aparecen mencionadas y levanta tus primeras alertas. Luego por supuesto recurre a las herramientas que te puedan ayudar a confirmar tus sospechas o a contradecirlas que por eso es también una investigación. 

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