Controlar la conversación tuitera parece ser la intención continua y permanente del Ministerio de Información y Comunicación y el gobierno en general. El pasado lunes 31 de enero se inauguraron los #JuegosNacionales2022. Unos juegos sobre los que podría suponerse existe un interés general del país que se refleja en redes sociales ya que no solo cualquier interesado en el deporte o familiares de los jugadores, sino los mismos participantes publicarían tuits. Desde el Observatorio Venezolano de Fake News capturamos los datos: la tendencia en Twitter registraba más de 400 mil tuits.

Pero el cuestionamiento es otro: el deporte ha sido en Venezuela un espacio para la despolarización. En los peores momentos toda Venezuela le liga a la Vinotinto de fútbol, masculina o femenina, a la de voleibol o también a los logros de Yulimar Rojas. Hemos sonreído junto a la bicicleta voladora de Daniel Dhers.
La estrategia es la usual para estas campañas: retuiteos generalizados de una fuente principal, menciones que sólo incluyen las etiquetas, organismo públicos y militares impulsando una tendencia. Y también por supuesto numerosas cuentas que se dedican a promover la tendencia especialmente ahora que ya el sistema Patria vuelve a pagar por tuitear.
Twitter empezó como un espacio donde la gente contaba sus cotidianidades, como si fuera un diario o una botella lanzada al mar. Luego continuó como el lugar donde las personas acudían para las informaciones de última hora o para ver las opiniones de gente relevante por alguna razón. Periodistas, políticos, expertos e influenciadores de distintos tipos se hicieron un lugar en el que se retroalimentaban y Twitter se convirtió en un espacio a conquistar para, como no, influenciar a quiénes influencian a otros. En sociedades cada vez más polarizadas, la red del pájaro azul en particular se convirtió en un espacio de batalla por el relato dominante. Si se influyen en quienes influencian a otros se controla la interpretación de la realidad de buena parte de la sociedad.
Y así llegamos a los #JuegosNacionales2022 en los que el gobierno venezolano usa la estrategia usual de difusión. Hoaxy identifica 108 cuentas parecidas a bots y 275 en esa zona gris de lo que solemos llamar ciborgs, cuentas que en principio no tienen porque se automatizadas, pero son funcionales a una campaña. En el otro extremos parecidos a humanos tan sólo 18.

La captura de los datos la hicimos entre el 30 de enero y el primero de febrero. De los 955 enlaces que capturó la herramienta, 247 son de tuits generados por la cuenta de los Juegos Nacionales, y 126 por los del Ministerio de Comunicación. En tercer lugar @marcialjose, un periodista que publicó el medallero del primer día y su publicación tuvo un oportuno alcance. Y en cuarto lugar con 48 tuits el viceministerio de organización juvenil. Desde allí empiezan a verse cuentas de otros ministerios con menor participación como el de Industrias o Economía y finanzas, empresas del Estado como Industrias Diana, o de áreas de seguridad como algunas Zodi, Redi o el mismo CONAS.
Puede decirse que es legítimo que un gobierno promocione la realización de unos juegos deportivos de carácter nacional. Lo que es menos claro es si para ello requiere copar todos los espacios, con la misma intensidad que utiliza en sus campañas de propaganda usuales. Aunque es posible que la maquinaria bien aceitada para promover tendencias no se haga estas preguntas, lo importante es que una vez más se impuso una tendencia del día.