El 28 de octubre de 2021 Mark Zuckerberg anunció la creación de Meta, una nueva empresa basada en la construcción de un metaverso. El término no es nuevo. Como apuntó Ángel Páez en un artículo publicado por el Observatorio Venezolano de Fake News, la palabra en inglés metaverse fue acuñada por Neal Stephenson en su novela Snow Crash (1992). “En el relato se establecía una red de mundos 3D interconectados, donde la sociedad podía vivir una realidad paralela virtual a través de unos avatares”, resume Páez.
La Fundación para el Español Urgente (Fundéu), asesorada por la Real Academia Española (RAE), dice que metaverso es un neologismo válido “que se emplea en diversos ámbitos para referirse a mundos virtuales o alternativos”. Por su parte Facebook, primer nombre de la empresa de Zuckerberg, da una definición del término basada, de momento, en sus intereses y no en evidencias: “El metaverso es la próxima evolución de la conexión social”. La evidencia hasta ahora es que cerca de 3.000 millones de personas (un 37,5% de la población mundial) no tiene acceso a internet, espacio donde se construye el metaverso.
Pero este artículo no busca explicar un término ya definido ni disertar sobre las posibilidades de éxito o fracaso de la nueva empresa de Silicon Valley. Aquí expondremos algunas reflexiones sobre si es posible que el periodismo, con los valores y principios que conocemos, exista en el metaverso. El Economista fue el primer medio de comunicación en español en enviar un corresponsal al mundo virtual creado por Zuckerberg. Luego la empresa Vice Media Group inauguró una en Decentraland, una plataforma de realidad virtual descentralizada 3D conformada por parcelas de tierra que se pueden comprar con criptomoneda.
¿Es posible el periodismo en el metaverso?
El tema ha sido objeto de discusión desde hace casi dos décadas, en salas de redacción, artículos de opinión, artículos científicos, editoriales, encuentros internacionales de periodismo y más recientemente en pódcast y Twitter Spaces. Una de las reflexiones más agudas sobre si es posible el periodismo en la realidad virtual la escribió Taylor Owen, profesor de Medios Digitales y Asuntos Globales en la Universidad de British Columbia y fundador y editor de OpenCanada.org.
¿Puede el periodismo ser virtual?, se titula el artículo de Owen, escrito en inglés y publicado en la Columbia Journalism Review en 2016. El autor comienza recordando que uno de los primeros experimentos de periodismo virtual fue The Alphaville Herald, creado en 2003 para la ciudad virtual Alphaville de la plataforma The Sims Online. El inventor de este “tabloide virtual” fue Peter Ludlow, profesor de filosofía y lingüística, quien a su vez era el editor del mismo a través de su avatar llamado Urizenus Sklar.
Todo iba bien con este periódico hasta que publicó noticias sobre las estafas que se cometían en el juego The Sims y sobre casos de prostitución cibernética en Alphaville, señalando, además, que la empresa creadora de esta plataforma, Electronic Arts (EA), se mostraba indiferente ante las consecuencias negativas de su juego y los problemas de la democracia virtual. El resultado de esto fue que EA decidió expulsar al avatar de Ludlow de la plataforma. ¿Dictadura virtual? Quizá.
Pero el periódico de Ludlow no desapareció, sino que migró a otra plataforma en 2004: Second Life. Cambió de nombre y pasó a llamarse The Second Life Herald. En este metaverso el periódico prosperó informando sobre las acciones de individuos y corporaciones dentro del juego, así como sobre la empresa que lo creó. En 2009 volvió a su nombre original y se mantuvo activo hasta 2016, año de las últimas publicaciones que están en su sitio web.
Desafíos del periodismo en la realidad virtual
Owen, que escribió su artículo cinco años antes de que el dueño de Facebook lanzara Meta, plantea algunos de los principales retos que enfrenta el periodismo en su inmersión dentro del metaverso, donde son los acontecimientos de la realidad virtual los hechos noticiosos a narrar. “El acto periodístico de presenciar se vuelve inseparable de la construcción colectiva del mundo virtual, y determinado por el mismo conjunto de reglas algorítmicas que rigen el espacio”, sostiene el autor.
“A medida que Facebook y otros comienzan a investigar y desarrollar tecnologías que podrían mejorar nuestras vidas de manera significativa, se abre un nuevo espacio para el periodismo. Y a diferencia de los primeros experimentos de periodismo virtual en Second Life, que en última instancia imitaron los informes tradicionales del “mundo real”, el periodismo dentro de estos nuevos mundos virtuales requerirá un conjunto completamente diferente de habilidades y enfoques, y desafiará tres conceptos periodísticos centrales: representación, testimonio y responsabilidad”, aseguraba Owen ya en 2016.
Sobre la representación, el autor señala que el periodismo debe pensar seriamente en cómo aprovechar la realidad virtual con fines periodísticos, entendiendo que esta cambia la forma en que se representa el mundo para las personas que habitan en ella. Luego, acerca del testimonio, Owen advierte que la realidad virtual desafía la capacidad de los periodistas para ser testigos de lo que allí ocurre. “No está del todo claro qué herramientas se necesitarán para observar eventos e instituciones en un espacio virtual creado por una confluencia de intervención humana y control algorítmico”, apunta.
En tercer lugar, la responsabilidad del periodismo aumenta en la medida en que Facebook y otras empresas deciden construir mundos virtuales, mostrando sus ambiciones por aumentar las capacidades humanas. “Estas experiencias virtuales serán diseñadas y cada vez más automatizadas para ser lo más adictivas posible. Se comercializarán agresiva y ampliamente, y podrían cambiar radicalmente nuestras vidas. Las tecnologías que los impulsan sin duda serán utilizadas por gobiernos y militares para buscar un control cada vez mayor”, sostiene Owen, y es sobre estos peligros que el periodismo debe investigar para informar a la gente de manera responsable.
Finalmente, el autor resume que son enormes los desafíos que enfrenta el periodismo ante el aumento de la realidad virtual. Negarse a incursionar en ella quizá sea un error por lo inevitable de su expansión, pero hacerlo supone repensar por completo la forma de ejercer el oficio, en lugar de trasladar como calco al metaverso la práctica periodística de la realidad social que construimos fuera de internet. “Quizás será necesario desarrollar avatares periodísticos capaces de comprender los comportamientos, estructuras y sesgos de los mundos virtuales en los que operan”, asoma Owen como idea para un debate nada fácil e indispensable.
Referencias
-Owen, T. (2016). Can journalism be virtual? Columbia Journalism Review. [Documento en línea]. Disponible en: https://www.cjr.org/the_feature/virtual_reality_facebook_second_life.php
-Páez, A. (2022). Metaverso: ¿realidad o fantasía? Observatorio Venezolano de Fake News. 10 de enero. [Documento en línea]. Disponible en: https://fakenewsvenezuela.org/en-profundidad/metaverso-realidad-o-fantasia/