Una de las premisas básicas del periodismo es contar los hechos como ocurren sin militar en favor o en contra de causas particulares. En otras palabras, el periodismo no es activismo. Pero también es cierto que contar la realidad con objetividad no es posible ni es el deber ser del periodismo. El periodista interpreta la realidad y la transmite con criterio periodístico, haciendo énfasis en los aspectos de los hechos donde la opinión pública debe volcar su atención porque, eso que se destaca, es lo más relevante para el interés colectivo.
Johan Galtung, sociólogo y matemático noruego, fue uno de los fundadores de la investigación sobre la paz y los conflictos sociales. En 1959 creó el International Peace Research Institute, el primer instituto en el mundo de investigación sobre la paz. Cinco años más tarde fundó el Journal of Peace Research, la Revista de Investigación sobre la Paz.
Junto a Richard Vincent, Galtung escribió el libro Glasnost global: ¿hacia un Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación?, publicado en 1995. En él analizan el Informe MacBride, titulado Voces múltiples, un solo mundo, que fue publicado por la Unesco en 1980, donde una comisión encabezada por Seán MacBride propone la creación de un Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC). A propósito de ese informe, Galtung y Vincent plantean propuestas para crear medios informativos orientados hacia la paz.
Características del periodismo de paz
En la década de 1970 comienza a hablarse de periodismo de paz, según refieren Espinar y Hernández (2012). Se trata de un tipo de periodismo que va más allá de contar un hecho violento concreto, generalmente descontextualizado, donde la violencia es la protagonista de la historia, para enfocarse en el conflicto como proceso donde las voces de las víctimas son las protagonistas.
“Los periodistas que se encuadran en esta perspectiva informan sobre las iniciativas de paz existentes, aportan información que contextualiza los conflictos y consideran los efectos no directamente visibles de los mismos, así como sus causas estructurales y culturales”, apuntan Espinar y Hernández. Se trata de una práctica de la profesión que trasciende los hechos violentos que marcan a los conflictos y busca contar los procesos de resolución de los mismos en aras de lograr la reconstrucción y reconciliación de las partes involucradas.
Tehranian (2002) publicó una lista de 10 recomendaciones para hacer periodismo de paz correctamente:
- No reducir nunca las partes de un conflicto a dos.
- Identificar las posiciones y los intereses de todas las partes en conflicto.
- No caer presa de una sola fuente.
- Desarrollar un buen sentido del escepticismo. Recordar que la información es una representación. El sesgo es inherente a la condición humana.
- Dar voz a las víctimas y a los implicados en tareas de construcción de paz para representarlos y empoderarlos.
- Buscar soluciones pacíficas a los problemas del conflicto, pero no caer en panaceas.
- La representación mediática del conflicto puede convertirse en parte del problema si se acentúan los dualismos y odios.
- La representación mediática del conflicto puede convertirse en parte de la solución si se hace uso de las tensiones creativas presentes en todo conflicto para indagar en los aspectos compartidos y las respuestas no violentas.
- Respetar siempre los principios éticos profesionales de precisión, veracidad, equidad y respeto por la dignidad y los derechos humanos.
- Trascender los propios sesgos étnicos, nacionales o ideológicos para identificar y representar a todas las partes de manera justa y precisa.
Por su parte Steven Youngblood, fundador del Centro de Periodismo para la Paz Global de la Universidad de Park, en Misuri, Estados Unidos, resumen los componentes del periodismo de paz en tres:
- Es proactivo, examina las causas del conflicto. Busca formas de fomentar el diálogo antes de que se produzca la violencia, y explora soluciones.
- Reconoce la existencia de un terreno común entre las partes y rechaza los reportajes simplificados de “nosotros contra ellos” y “los buenos contra los malos”. Los periodistas para la paz rechazan la propaganda de cualquier fuente y, en su lugar, buscan los hechos de todas las fuentes.
- Es equilibrado y cubre los problemas, el sufrimiento y las propuestas de paz de todas las partes del conflicto. También da voz a los que no la tienen, en lugar de informar solo para y sobre las élites y los que están en el poder.
Referencias
-Espinar, E. y Hernández, M. (2012). El periodismo de paz como paradigma de comunicación para el cambio social: características, dimensiones y obstáculos. CIC Cuadernos de Información y Comunicación, vol. 17, pp. 175-189. [Documento en línea]. Disponible en: https://revistas.ucm.es/index.php/CIYC/article/view/39263/37846
-Ndhlovu, L. (2021). ¿Qué es y por qué importa el periodismo para la paz? IJNET. Red Internacional de Periodistas. 22 de noviembre. [Documento en línea]. Disponible en: https://ijnet.org/es/story/%C2%BFqu%C3%A9-es-y-por-qu%C3%A9-importa-el-periodismo-para-la-paz