Desde 1992, cada año se celebra en más de 120 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna del 1 al 7 de agosto. Esta iniciativa, instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, es coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés). Su objetivo es crear conciencia y estimular acciones sobre la importancia de promover y apoyar esta práctica en todo el mundo. El tema de este año es “Impulsemos la Lactancia Materna: Apoyando y Educando”.
Pero dar pecho a los bebés no siempre es posible, más por mitos, falta de información y de apoyo que por motivos físicos o biológicos. En este artículo desmontaremos tres mitos comunes sobre la lactancia materna que interfieren en el éxito de esta práctica, cuya duración Unicef recomienda que debería ser al menos por los primeros dos años de edad del infante, siendo su alimentación exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
1. “La leche materna no llena al bebé”
Este es uno de los mitos más extendidos, cuyo origen está en el desconocimiento de los llamados “brotes de crecimiento” del bebé, períodos en donde demanda mayor cantidad de leche. Todas las madres, salvo en contadas excepciones donde ocurren las llamadas hipogalactia o agalactia, están en capacidad de producir leche suficiente para su bebé, pero para ello su hijo necesita pegarse por más tiempo a su pecho, para estimular mayor producción.
Evelyn Niño, pediatra y gastroenteróloga infantil, explicó en una entrevista para El Pitazo que con frecuencia las madres creen que el bebé no se satisface con su leche porque el niño se pega al pecho muy seguido, porque duerme corrido por pocas horas o porque llora constantemente o se lleva las manos a la boca con frecuencia. Por ello aclara que los bebés alimentados con leche materna tienen un proceso digestivo más rápido que el de los bebés que toman fórmulas lácteas, razón por la cual algunos bebés que no toman leche materna tardan más en tener hambre de nuevo y pueden dormir corrido por más tiempo.
Finalmente, algunas madres entienden el llanto de su bebé o el que se lleve las manos constantemente a la boca como señal de que tiene hambre. La experta explica que “los bebés lloran no solo cuando tienen hambre, sino por sueño, dolor, frío, calor, necesidad de que le cambien el pañal o por cualquier otra razón que le cause molestia”. Luego, el llevarse las manos a la boca es parte del aprendizaje de los bebés a relacionarse con su cuerpo y su entorno, porque aún están en su fase oral.
2. “La alimentación de la madre incide en la producción de su leche y en la digestión del bebé”
Estudios científicos han determinado que ningún alimento que consuma una madre lactante afecta su producción y/o calidad de leche materna. Incluso las madres que padecen desnutrición leve producen leche con todos los nutrientes necesarios para su bebé. Solo en casos donde la madre padece desnutrición severa, la leche materna tendrá un poco menos de ácidos grasos.
Dentro de este mito está la falsa creencia de que ciertos alimentos ayudan a producir más leche -como el agua de avena- o que ciertos alimentos pueden causar problemas gástricos al lactante. Si bien es cierto que algunos alimentos pueden cambiar el sabor de la leche materna, es falso que la alimentación de la madre lactante cause cólicos o indigestión a su hijo. Este mito se debe al desconocimiento sobre cómo y dónde se produce de la leche materna. Esto no ocurre en el aparato digestivo de la madre sino en sus glándulas mamarias. Por tanto, lo único que pasa a la leche materna es aquello que consume la madre y va al torrente sanguíneo.
3. “No puedo amamantar si estoy embarazada nuevamente”
Las estadísticas muestran que muchas madres suspenden la lactancia materna cuando salen embarazadas de nuevo. La pediatra Evelyn Niño asegura que sí se puede mantener la lactancia materna durante una nueva gestación, incluso hasta después de que nazca el nuevo bebé. “Lo único que va a cambiar un poco es el sabor de la leche, pero el niño más grande no la rechazará por ello. Seguirá tomando y la madre será capaz de producir leche para sus dos hijos”, explica.
La falta de educación y de apoyo a embarazadas y madres son los principales obstáculos para que la lactancia materna se lleve a cabo con éxito. Muchos de los mitos que impiden una lactancia materna exitosa son creídos por abuelas o madres en edad avanzada, porque cuando ellas tuvieron a sus hijos no existía la información que hoy se tiene sobre esta práctica. En la promoción de la lactancia materna cumplen un rol fundamental los periodistas y medios de comunicación, divulgando el conocimiento científico que existe sobre la misma.
Referencias
-Organización Panamericana de la Salud (2022). Semana Mundial de Lactancia Materna. Documento en línea. Disponible en: https://www.paho.org/es/semana-mundial-lactancia-materna
-Rodríguez, M. (2019). Leche materna: verdades y mitos del “oro blanco”. El Pitazo. 1 de agosto. Documento en línea. Disponible en: https://elpitazo.net/salud/leche-materna-verdades-y-mitos-del-oro-blanco/